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Tengo la ambición de una hormiga
La esencia de Tengo la ambición de una hormiga radica en el contraste entre la grandiosidad y la intimidad. Los coros multitudinarios que suelen llenar el escenario del teatro de la Zarzuela, acompañados por majestuosas orquestas, representan la inmensidad sonora y visual que define este espacio. Sin embargo, en esta ocasión, esa inmensidad se ve desafiada por la presencia de un solo cuerpo en escena: una bailarina solitaria. Como una diminuta “hormiga” frente al vasto universo escénico, su danza dialoga con la monumentalidad del teatro, convirtiendo la soledad en un poderoso acto de presencia.
Coreografía e interpretración: Melania Olcina Yuguero
Música: Extracto Tannhauser, The Pilgrim´s Chorus. Richerd Wagner.

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